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Hola, chiques, y bienvenidos a otro blog.
Ya sé que la temporada de Juasgolin y el Día de Muertos ya terminaron, y que Mariah Carey está tocando desesperadamente a nuestra ventana, pero no podemos decirle adiós a la spooky season sin estas calaveritas que nos mandaron nuestras emprendedoras y embajadoras.
Aquí se las dejo para que las disfruten.
donde los libros duermen sin fin,
hay un alma que no cesa de leer,
y en las páginas, encuentra la vida.
Su tumba es una biblioteca vasta,
donde los clásicos hablan sin cesar,
y en la lápida, una inscripción,
que dice: “Leer es vivir, eternamente”.
En cada línea, un mundo nuevo,
en cada palabra, un amigo fiel,
en cada página, un viaje lejano,
y en el silencio, un conocimiento real.
Los libros de poesía susurran,
versos de amor y de deseo,
los de historia, cuentan batallas,
y los de ciencia, secretos revelan.
el alma del lector encuentra paz,
y su espíritu, eternamente vuela.
Y cuando la noche cae oscura,
y el viento susurra por los rincones,
el alma del lector sigue leyendo,
en el reino de las sombras y los sueños.
Calaverita 2:
Pobrecita de la calaca que solo tiene un abata, va a ir a Chihuahua a reclamar algunas almas.
Si se encuentra con Georgina, ya sabe qué pedir:
a cambio de unos años, un bustiere la flaca quiere lucir.
Calaverita 3:
Se encontraba la Bodorrios
cosiendo y diseñando toda la noche,
hermosos atuendos para los jolgorios
en los que sus clientas bailan hasta después de medianoche.
Cuando llega la muerte y le dice:
“¿Y para mí qué tienes?”
— “¿Pues más o menos qué te gusta?”, responde Georgina.
— “Algo digno de una catrina.”
— “Toma el vestido, Gregoria, vale más que todos mis bienes.”
Total, se va la muerte en el Gregoria a recolectar las almas del día.
Es el turno de una fan de la Bodorrios.
Al ver a la muerte, exclama:
“Santo cielo, ¡estás usando el Gregoria!”
— “Así es, y con este te mando a los mortuorios.”
Calaverita 4:
Al taller la huesuda pasó y la Bodorrios se encontró con hilo y aguja en mano.
La Geo gritó muy alto:
“¡Bodorrios, ya no bordes más, que ya llegó tu hora final!”
La calaca le comentó a la Geo así, sin razón:
“No me lleves, huesuda, por favor, y te regalo el vestido y bustiere de tu elección.”
La Bodorrios suplicó.
La muerte, pasmada, quedó al escuchar tal ofrecimiento y por primera vez meditó si llevársela o no.
“Vestido y bustiere quiero, claro que sí, pero algo más te he de pedir”, proclamó la huesuda sin dudar.
“Lo que quieras en la talla que quieras, pero habla ya”,
contestó la Geo sin dejar de temblar.
“Confíame a mí, y solo a mí, el chiste de la mayonesa, para ya irme al fin.”
Y así la calaca tomó de la mano a la Geo y se la llevó,
resignada y triste, al saber que nunca se reveló
lo chistoso que la mayonesa tiene por ofrecer.
Estas han sido todas las calaveritas que nos compartieron.
Y en esta última, a la Geo le faltó mencionar que ahora la tienda tiene la opción de vestidos personalizados. ¡Guau, qué ofertón!
Hablando de Navidad, ¿ustedes se saben el chiste de la mayonesa?
Intentaré convencer a la Bodorrios de que algún día se los comparta.
Y quiero escuchar la opinión de mis 11 lectores: ¿cuál es la fecha ideal para sacar los adornos navideños?
Si me preguntan a mí, llevo cantando en el karaoke “All I Want for Christmas Is You” desde junio, pero ¿qué opina el público conocedor?
No se les olvide que durante este mes tenemos nuestro descuento del Buen Fin.
¡Nos vemos en el próximo blog!
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